jueves, 26 de enero de 2012

Bailando desnuda

Como una adolescente cada día me arreglaba con esmero y me ponía guapa para él.  Iba toda conjuntada de negro, como le gustaba.  Me ponía mi faldita, cómoda y a la vez muy sugerente pues me permitía lucir mis piernas y hacer todos los pasos con soltura y mucha,  mucha frescura,  ya que con el calor que hacía en verano... qué mejor que algo fresquito para que todo se ventilara ...  y no pienses mal que llevaba braguitas eh?.  Mi mami me enseñó a ser buena y salir siempre con mi tesoro bien guardadito a la calle,  lástima que no aprendiera otras cosas según ella y que hoy más que nunca sea una fresca sin remedio.
Pues iba conjuntada con bragas y sujetador negros,  de encaje y licra,  adaptados a mis curvas y fieles a mi cuerpo,  custodiandolo con cariño y mucho tacto.
Encima,  como no,  algo negro también,  una camisetita de tirantes y, por supuesto,  con un buen escote que insinuaba mis dos grandes pechos y mi canalillo.  En defintiva,  el conjunto perfecto para mis ensayos de baile con mi querido compañero.
Cada día caminaba con ansia a nuestros encuentros y con la gran ilusión de hacer realidad mi sueño ... besarlo.  Siempre iba despuesta a zamparle un buen morreo,  me repetía una y otra vez " de hoy no pasa,  hoy le digo cuánto me gusta y beso sus labios aunque sólo sean unos minutos"  pero al final nunca lo hacia y con desánimo y un gran calentón encima volvía a casa.
Hablábamos mucho  y sus mensajes me volvían loca,  a veces pensaba que yo también le gustaba,  otras que sólo me veía como una buena amiga a la que,  para desgracia mia,  respetaba mucho.
Yo me encontraba ya desanimada,  cansada de esmerarme tanto y sentír que no me veía como mujer.  Disfrutaba muchísimo bailando con él,  pero quería más,  mucho más,  anhelaba tocarlo,  besarlo,  sentirlo en mi interior,  mirarlo como un hombre y amarlo intensamente.
Aún así,  ya empezaba a desesperarme,  incluso cansarme y pensé por un momento en dejar de verlo,  parar nuestros ensayos,  inventarme una excusa y dar un tiempo y una distancia entre nosotros.
Pero cuando estaba a punto de tirar la tolla de pronto todo cambió y ese día tan deseado llegó.
Aquella tarde, como siempre,  llegué preparada para nuestro ensayo,  hablamos un poco,  nos pusimos los zapatos y nos colocamos el uno frente al otro.  Cogidos de las manos,  de mi cintura y de su fuerte hombro comenzamos a bailar.  Al principio siempre un tanto rígidos y distantes,  había mucho espacio entre nuestros cuerpos,  pero conforme iba sonando la música,  íbamos dejandonos llevar por ella,  desinhibiéndonos y dando paso para sentir de lleno la pasión al bailar juntos.
De nuevo ahí estaban sus labios,  frente a los mios,  su boca era una tentación para mi,  notaba su respiración,  le miraba a los ojos,  a veces mantenía la mirada provocándole deliberadamente,  otras veces me sentía tan excitada y nerviosa que tenía que bajarla.
Pero ahí estaban nuestros cuerpos pegados,  yo notaba su pecho,  sus pezones siempre erectos, su barriga y en algunos giros hasta su pene.  Me preguntaba contínuamente si estaba excitado,  si se estaba calentando tanto como yo;  a veces creía sentirlo,  otras dudaba,  pues también dependía del pantalón que llevaba puesto ... pero lo cierto es que ese día no había duda alguna.  Ambos estábamos calientes y deseando apagar el fuego que llevaba tiempo ardiendo en silencio.
Cuando terminó una canción la rematamos con una pose explosiva.  Una pierna mia entre las dos suyas, rozando de lleno su miembro,  nuestros cuerpos pegados y totalmente fusionados inclinados ligeramente hacia atrás  mientras él me cogía fuertemente con sus brazos por mi cintura.  Estábamos tan tan tan pegados que .... lo besé.   Sólo rocé sus labios suavemente con los mios y los mantuve así unidos unos instantes que me resultaron mágicos.
Por momentos no pensaba en nada más, sólo saboreaba esa boca que tan loca me volvía;  por otros temía su reacción,  qué pasaría después de ese beso ...  cuando me dí cuenta de que él también me estaba besando,  que me correspondía.
Entonces volvimos a la posición normal,  otra canción daba comienzo pero nosotros nos quedamos parados mirándonos fijamente a los ojos y deseando volver a unir nuestros labios.  En ese momento fué él quién comenzó a pasar su lengua por mi labio superior muy suave y lentamente,  luego lo pasó por el inferior dandome pequeños mordiscos... hasta que nuestras lenguas por fin se encontraron y comenzaron a jugar como dos niños pequeños. 
A penas había espacio y tiempo que nos separara pero entre beso y beso yo le decía:
-   Te deseo, te deseo tanto ...
-   Y yo no puedo creer que esto esté pasando de verdad,  lo he soñado muchas veces pero nunca me he atrevido a decirte nada ...  gracias por hacerlo tu,  dijo él.
y continuamos besándonos y acariciándonos y el fué desnudándome poco a poco. 
Comenzó quitándome la camiseta y de seguido el sujetador,  a la vez que apretaba mis pechos con sus manos,  los besaba con sus labios y relamia mis pezones con su lengua... 
Luego siguió quitándome la falda que cayó al suelo en un abrir y cerrar de ojos...  ya sólo me quedaban mis braguitas para poner en evidencia al completo mi cuerpo y también me las quitó con mucha delicadeza.

En ese instante,  él completamente vestido,  yo completamente desnuda,  solo con mis zapatos negros y de alto tacón,  una nueva canción comenzó a sonar con un ritmo mucho más suave y lento, diría que hasta seductor y sensual para mi. 
Comenzamos a bailar de nuevo,  yo me sentía sexy bailando desnuda,  libre y viva,  intensamente viva y excitada a la vez.  Todo mi ser y no sólo mi cuerpo bailaba al son de esa música que embriagaba mis sentidos,  fundiéndose con ese hombre que tan importante era para mi desde hacia ya algún tiempo.
Continuamos besándonos,  uniendo nuestros cuerpos,  me cogía el culo, acariciaba mis muslos,  mi entrepierna hasta que se puso de rodillas frente a mi y comenzó a lamerme entera,  beber mis jugos, saborear  cada rincón de mi pequeño tesoro guardado para él.
Yo lo tenía entre mis piernas, le cogía la cabeza, acariciaba su pelo y lo apretaba contra mi  para sentir mas de lleno su lengua en mi clítoris.  Estaba tan excitada que tuve un orgasmo gritando como una loca poseida, tanto que creo que él se sorprendió y hasta impresionó un poco,  quiso levantarse pero le impedí desplazarse lo más mínimo manteniendo su cabeza abajo e indicándole que siguiera...
Sigue por favor,  no pares que quiero correrme otra vez,  sigue, sigue,  así, así ... oh Dios mio !!!,  gritaba yo.

El placer fue tan intenso que mis piernas no podían mantenerse enguidas,  me agaché de rodillas a su lado y me retuvo en su regazo dándome aliento para recuperarme un poco.

Y lo hice  ...

Allí en el mismo suelo,  sobre él,  comencé a quitarle la ropa,  primero la camiseta y luego todo lo demás ...
saboreé su cuello,  mosdisqueé sus orejitas,  sus pezones ... ay cómo me gustan sus pezones y cómo le gustaba a él que se los chupara y mordiera,  eso le excitaba muchísimo.
A pesar de gustarle tanto,  sabía que había otro lugar que le gustaría más, así que continué bajando hasta encontrarme con esa cosa que tanto ansiaba ver de lleno sin pantalones que nos separaran y ahí estaba tiesa y dura,  esperando entrar en mi boca,  ser chupada por mis labios,  mi lengua y succionada fuertemente dándole un placer tremendo.

Tuve que contenerme un poco para alargar el momento, quería tenerlo en mi interior,  sentír su penetración y me monté encima de él sintiéndo cómo llegaba hasta el fondo de mi ser.
Ese momento fué mágico para mi,  tenerlo de frente mirándonos a los ojos y estando unidos completamente,  como nunca lo habíamos estado antes,  siendo parte el uno del otro,  dos cuerpos formando una unidad que bailaba al son de la música.

Me agité sobre él suave y lentamente mientras nos besabamos y nos abrazabamos, 
no quería que aquello terminara,  deseaba quedarme así,  notándolo dentro de mi,  con parte de él en mi interior,  unidos para siempre,  pero él estaba tan excitado como yo y ya poco más podía aguantar así que comencé a agitarme mucho más intensamente,  con ímpetu y con mucha fuerza,  mientras lo miraba,  lo observaba y lo amaba.
Gritó con todas sus fuerzas,  se estremeció tanto que hasta me mordió el cuello y me pellizcó las nalgas,   experimentó un orgasmo cómo hacía mucho tiempo que no sentía mientras me tenía a mi frente a él mirándolo.
Así nos quedamos un buen rato,  juntos,  abrazados,  besándonos,  conversando y mirándonos a los ojos,  unidos por un hilo que ya nunca nos separó.


domingo, 22 de enero de 2012

Frente al espejo

A veces me miro en el espejo y me pregunto

 -  ¿quién soy en realidad?, ¿qué soy yo exactamente?

Cuando me miro desde mi imagen laboral como profesora de baile y artista a pequeña escala quizás,  me veo más en conexión con este yo mio que emerge con fuerza cada vez más.  La verdad es que al bailar me siento sensual,  libre,  desinhibida y hasta seductora.  Sin embargo, cuando me miro desde otras facetas como la familar o la social,  no puedo evitar reflexionar sobre algunas cuestiones tales como

-  Si supieran todo lo que yo maquino en mi cabeza y, peor aun,  todo lo que yo hago sin que nadie practicamente se entere... ¿qué pensarían de mi?,  si me conocieran de verdad,  ¿me seguirían amando?,  ¿me aceptarían?.

Mi lado oculto emerge
en mis relaciones clandestinas,
en los recodos de mi mente,
y en las entrañas de cuerpo,
pero,  sobre todo,
en lo más hondo de mi Ser.

Durante un tiempo,  traté y de hecho, fui fiel a mi pareja,  hasta que un día tomé la decisión de ser fiel a mi misma.  No fué tarea fácil y es más,  la culpa a veces me persigue todavia hoy, no por remordimiento de lo que hago,  si no por mentir en cierta forma,  ocultar verdad...
El temor al rechazo por "ser como soy" me abruma... y ... ¿cómo soy?  INFIEL  esta palabra me ha atormentado mcho tiempo, me he machado mucho por ello hasta llegar al discurso de

"lo siento,  no soy fiel, te amo, te deseo, te hago feliz, pero me niego a estar con un sólo hombre toda mi vida.  Deseo amar a otras personas,  experimentar, decubrir,  sentir en otros cuerpos,  en otras almas ... y ver el reflejo de lo que soy en otros ojos".

Aun así,  resulta complejo. 
Con el tiempo he aprendido a crear departamentos estancos e interpretar el personaje que toca en cada momento del día y de mi vida.

Hace poco una de las seguidoras del blog comentó que yo era capaz de decir lo que mucha gente piensa y hace pero no dice.  Bueno,  en realidad,  yo tampoco lo hago abiertamente,  más bien utilizo el anonimato para expresarme,  aunque sinceramente creo que soy bastante transparente.
Me encanta hablar de sexo, disfrutar del sexo y es mi tema favorito en cualquier reunión.  La cara me cambia por completo,  comienzo con una sonrisa pícara y los ojos me brillan ...   Cualquier expresión o comentario yo lo relaciono con algo morboso, erótico o sexual.
Tengo fama de disfrutona,  morbosa y ardiente.  Asi que toda persona relativamente cercana a mi tiene una idea clara de como soy en la cama.

Pero ... ¿sólo con mi pareja?

Yo creo que en el fondo las personas más allegadas a mi saben cómo soy,  se imaginan todo lo que puedo hacer y supongo que prefieren no saber,  ven pero no quieren ver la realidad por lo que eso pueda implicar. 
Creo que eso pondría en peligro el equilibrio familiar y hasta personal de cada uno.

-  Igual a ti te pasa como a mi o algo similar.
  ¿Crees que las personas somos fieles o infieles?  ¿Es algo natural la fidelidad o más bien cultura?

Yo creo que en nuestra sociedad ser infiel es de entrada un pecado y de seguida un problema,  pareces imperfecto,  defectuoso,  hasta denigrante para algunos;  sin embargo,  si observamos otras culturas vemos que no son monógamas y que hay otras formas de relaciones en pareja y de organización de las familias.

-  ¿Habré nacido yo en el país equivocado? 

Para bien o para mal,  creo que he nacido en el adecuado y también pienso que no estamos preparados, yo tampoco si cabe,  para asunir explícitamente que tu pareja tiene relaciones íntimas con otras personas y no sólo en el plano sexual, si no también de amistad,  complicidad, afecto,  confianza ...
Eso es una bomba de relojería que en el día a día de una relación de pareja y en familia es muy dificil de llevar.





sábado, 21 de enero de 2012

Un extraño muy cercano

A penas unos emails y unas llamadas de teléfono,  quizás lo suficiente para saber que había feeling entre nosotros. Algo especial veía en su forma de escribir,  de expresarse y de hablarme cuando me llamaba. 
Sin a penas tiempo para ir saboreando el principio,  surgió la ocasión de vernos y parecía que todo confabulaba a nuestro favor para que así fuera.

Estaba tranquila, diria que hasta acostumbrada ya a este tipo de "encuentros a ciegas" con alguien a quien supuestamente ya conoces,  aunque la verdad es que hacía tiempo que no quedaba con alguien nuevo.
Lo  cierto es que sabíamos bastante el uno del otro, habíamos sido sinceros desde el principio y, yo creo,  que habíamos confiado en que todo iría bien.
Así que, allí estaba, a la hora acordada y en el lugar indicado.  Nos reconocimos fácilmente, nuestras fotografías nos delataron aunque sin duda estábamos mucho mejor en persona.
A él le encantaron mis ojos,  se fijó rápidamente en ellos;  yo, en cambio, aproveché mientras él atendía una llamada en su móvil para pasarle revista y comprobar el buen culo que tenía.... ummm  cómo me apetecía cogérselo allí mismo,  en mitad de la calle y darle un buen achuchón,   pero evidentemente,  me contuve.

Él pudo comprobar cómo yo le observaba y para mi sorpresa se sintió hasta un poco nervioso,  intimidado tal vez,  a pesar de "ser una niña"  ... pues decía que yo aún jugaba a las muñecas cuando él ya estaba en el mundo de La Noche.

Fuimos a comer,  era la hora para ello, ambos habíamos salido de trabajar y estábamos hambríentos,  aunque creo que yo lo estaba más la verdad,  quizás él tenía sed de otra cosa que llevaba tiempo anhelando ... sentir, tocar, besar,  experimentar ... placer, cariño y, sobre todo,  morbo.

Me sorprendió escuchar que era la primera persona con la que quedaba de "esta forma" aunque por momentos dudé y debo reconocer que aún lo hago,  claro que lo cierto es que se le veía nervioso a veces y preocupado en parte por su mujer.  Eso era lo más complejo de todo.

En ese momento,  me preguntó:

Hay algo que no entiendo, si tu tienes una vida sexual bastante activa y plena y estás bien con tu pareja... ¿qué buscas entonces? 
-  Escribir,  le repondí yo.    Lo cierto es que suelo disfrutar mucho de la sexualidad en el sentido amplio de la palabra,  conmigo misma,  con mi pareja y también con otras personas.  Me gusta conocer,  sentir,  experimentar cosas nuevas y diferentes, la emoción,  el morbo,  el juego,  lo secreto ... y bueno,  todo esto que yo vivo luego lo escribo.
-  ¿Vas a escribir sobre este encuentro?,  me preguntó.
-  Probablemente,  y le sonreí.

Seguimos conversando durante la comida, nos fuimos conociendo algo más y después nos marchamos.
Él no tenía un rumbo,  había venido a verme y se dejaba llevar, decía que "estaba en mis manos" y que yo "jugaba en mi terreno".
La verdad es que yo no lo había visto desde esa perspectiva,  pero me sirvió para sentirme más segura y, sobre todo,  mas poderosa.

Al comenzar a andar noté algo en mi,  empecé a sentir que estaba húmeda.  Había estado gestando en mi interior el bálsamo que luego envolvería su maravilloso portento.
Supongo que mi cuerpo evidenciaba deseo y atracción hacía ese pedazo de hombre,  bastante cañón con sus 45 añitos.
Yo ansiaba tocarle el culo, morderle el cuello, besar sus labios, olerlo de cerca y por qué no... sentirlo dentro de mi.  Así que me animé a hacer algo desde luego no hago habitualmente y tampoco recomiendo mucho:  llevármelo a mi lugar de trabajo.
Entramos en el local,  todo estaba silencioso y vacío,  era temprano,  las clases todavía no empezaban.
Llegamos a la sala de baile,  grande y fria, llena de espejos y demasiado inadecuada quizás para la situación o puede que apropiada porque en ese momento dudé de lo que estaba haciendo, o mejor dicho,  de lo que iba a hacer...  me planteé si seguir adelante,  aún estaba a tiempo,  pero lo cierto es que me apatecía,  lo deseaba y confiaba en él,  así que me dejé llevar sin más vueltas.

Comenzamos a besarnos muy suavemente, besitos chiquititos, caricias con las yemas de los dedos,  juegos con nuestras lenguas que se enrevesaban perfectamente.  En muy poco tiempo, nos vimos envueltos en nuestro propio mundo y todo lo demás dejó de existir.
Al desnudarlo,  fui descubriendo su cuerpo, saboreandolo, acariciándolo y apretándolo entre mis manos.
Él también comenzó a quitarme la ropa suavemente mientras me besaba el cuello,  la espalda, me agarraba mis senos y me apretaba fuertemente.
Yo notaba cómo él quería sentir el contacto piel con piel,  Me rodeaba entre sus brazos, notaba el calor de su pecho y cómo casi me envolvía entera con su cuerpo.

Fué bonito ese instante, creo que ambos hubiéramos parado el tiempo en ese momento ... pero las agujas del reloj continuaban su rumbo acelerando nuestro encuentro y llegó la pasión envuelta en deseo ardiente de sentirnos aún más unidos.
Aún puedo recordar cómo noté la primera vez que entró en mi,  me sobrecogió su miembro erecto y bien dotado. 
Comenzó a moverse cada vez más deprisa y yo me sentía cada vez más y más excitada.
Decidió bajar y asomarse a mi jardín prohibido pero con una puerta secreta que se abría si tenías la llave... y desde luego,  que él era poseedor de ese poderoso instrumento.
Paseó por mis labios, mi vagina, mi clítoris y ahí se detuvo mientras movía sus dedos en todos y cada uno de mis agujeros ...   No tardé nada practicamente en alcanzar el primer orgasmo que,  por cierto,  fué tremendo e hizo que retumbaran las paredes de la sala.  ¡ Gracias a Dios que estaban insonorizadas!.
Ante semejante escena,  él se apartó pensando que ya estaba "satisfecha"  cuando me descubrió acto seguido tocándome yo misma buscando el placer de nuevo y a marcha exprés.
Le sorprendió mi comportamiento.  Pude notarlo extrañado,  luego me confesó que nunca había visto a una mujer masturbarse "en vivo".
La escena le resultó muy excitante y comenzó a acariciar su pene mientras observaba cómo yo me estremecía y llegaba de nuevo al culmen.
Después de eso,  me cogió por detrás,  me inclinó hacia abajo y de manera bestial comenzó a sacudirme con tanta intensidad que el placer al máximo rozaba el dolor de esa vehemente sacudida... pero madre mía,  cómo me encanta que me follen por detrás!.
Él también gritó con energía, sin contenerse ni privarse de gemir explícitamente,  como si por la boca también estuviera soltando parte de sí mismo.

Me incorporé y nos quedamos abrazados unos minutos.

Pero como nada es para siempre,  el tiempo comenzaba  a apremiar y debíamos vestirnos de nuevo.
Nos arreglamos,  intercambiamos algunas frases, nos besamos para despedirnos y él se marchó al escuchar como el primer alumno de mi clase llamaba al timbre.
En seguida empezaron a llegar los demás y él se perdió entre la multitud.

Por momentos me sentía satisfecha y feliz,  todo había salido bien y habíamos disfrutado mucho,  sin embargo,  en otros momentos me sentía ausente de la clase y de todo lo que me rodeaba.

Aún olía su aroma en mi piel, 
saboreaba sus besos,
y el recuerdo de tenerlo en mi interior...

Ese anhelo me producía una sensación momentánea de vacio y me hizo ver que había estado con un extraño que de pronto se había hecho muy cercano para mi.


domingo, 8 de enero de 2012

Mi hombre y su diablillo

Un regalo de Reyes inesperado me ha sorprendido hoy en la mañana.

En la cama, entre sueños aún, abriéndome poco a poco al nuevo día mi hombre se acerca sutilmente hacia mi con algo diferente, digamos que un añadido a su miembro muy muy muy Diablillo. La vibración junto con su pene erecto hizo que rápidamente yo estuviera lista para recibirlo.
No sé si lo habéis probado pero lo recomiendo, Diablillo de Durex,  esos tentáculos largos y sugerentes, que vibran y se amoldan al clítoris, ese ritmito tan estimulante mientras el hombre entra y sale de la vagina... uff una excitación intensa que se extiende desde las paredes mas íntimas de mi ser hasta mis labios interiores y "mi caracolito".

En ese momento, una mujer salvaje se apoderó de mi, sentía un gran deseo, anhelaba retener su miembro dentro de mi, sentirlo entrar y salir una y otra vez ... tenía excitación ... quería experimentar el orgasmo pero saborear esa pasión, ese juego y las distintas posturas apremiaba aún más que sucumbir al éxtasis inmediato.

Brinqué encima de él, agitando mis pechos, moviendo mis caderas, estrujando yo misma mis pezones, pellízcándolos, mordiéndole los suyos, besandolo, saboreando su lengua ... ummm su lengua, siempre tan húmeda y sugerente ... tan tentadora que el diablillo a su lado no tiene nada que hacer ...
en ese momento me subí un poquito mas arriba llegando hasta su cara, su cabeza quedó entre mis dos piernas y ahí si que brinqué agarrada al cabecero de la cama, de rodillas, con su lengua jugando en mi sexo ... entonces no pude retener más la emoción contenida y grité firmemente mientras agarraba la cabeza de mi hombre apretándola con mis manos.

Entre tanta excitación, con la meseta en mi vulva, había que seguir y el diablillo se encargó de colaborar junto al resorte masculino que volvió a entrar de nuevo en mi interior.
Así continuamos un ratito más saboreando el contacto íntimo y cercano, aprovechando la virilidad que reina en mi hombre, su aguante, su fuerza, su saber hacer ... hasta que decidíó que ya era el momento de alcanzar también la plenitud, en ese instante me paro, dejo de agitarme, noto cómo comienza a eyacular y segundos después me agito con vehemencia haciando que su orgasmo sea aun mucho más intenso, duradero y placentero.

Después de tanto ajetreo, hay que reposar,
calentitos y desnudos entre las sábanas nos besamos, nos abrazamos, disfrutamos de la mañana de domingo y recordamos por qué nos gusta estar juntos.
El sexo un motivo importante sin duda, pero no el único, el día a dia, los hijos, la amistad, los proyectos en común y, sobre todo, el amor que nos une aunque a veces resulte complejo distinguirlo.

Su querer me lo expresa a diario con esta canción





Te apuntas a mi clase?

Cómo me encanta estar rodeada de alumnos masculinos... todos para mi sola.

Ser el centro de atención para ellos me fascina.

Cuando uno mi pasión por bailar tango con enseñarlo a hombres y solitos .. el coctel es explosivo.

Despues de experimentar como alumna y con pareja y de aprender más a fondo a bailar tango,  he podido comprobar que en realidad las mujeres, al menos generalmente,  suelen aprender mucho más rápidamente que los hombres y por ello suelen aburrirse en cierta forma por la lentitud masculina;  y que los hombres en verdad,  pese a que se supone que saben o hasta que deberían  saber mandar... ( según algunas mentes un tanto retorcidas) ... pues resulta que no lo saben muy bien  ni tampoco darle las indicaciones correctas a la mujer.

Asi que mis clases,  son diferentes,  indicadas sólo para hombres quienes cuando van aprendiendo ya un poco más y se sienten verdaderamente galanes seductores y hasta "chulos"  entonces es cuando invitamos a sus respectivas señoras para que les "demuestren"  lo que saben hacer.

He de reconocer que me encanta estar rodeada de hombres y encima,  para más inri,  ser yo la profe,  la que manda y lleva el control...  es tremendamente morboso y excitante,  un placer diría que cuasiorgásmico.

Observar cómo hombres aparentemente seguros de si mismos,  se cortan y hasta intimidan cuando me sienten cerca de ellos,  cuando me cogen de la cintura,  se pegan a mis pechos y tienen mis labios tan cerca de ellos que un beso podria darse hasta fortuitamente...
Notar cómo se ponen nerviosos me excita aún más,   lamento si resulto "malota" pero es que me encanta jugar,  me lo paso genial ...

Entre juego y juego,  también enseño y dicho por las propias parejas femeninas,  los hombres en verdad experimentan un cambio,  aprenden a seducir a la mujer, a ser dominantes como en el fondo a las feminas nos encanta.
Cuando bailas sintiendo la música sea cual sea,  experimentas una liberación,  una entrega,  pero cuando aprendes a bailar tango,  en realidad es como si te redescubrieras a ti mismo/a,  como si vieras partes de ti que quizas no conocías.   
En el hombre se evoca al macho chulesco,  seductor hasta engreido,  dominante aunque cortés ...
en la mujer se evoca a la gata en celo que algunas quizas tienen muy dormidas,  no es fácil recrearse delante del hombre con pavoneo,  amoldarte a sus órdenes y hasta reconocer que te excita esa comunión.

A mi me resulta tremendamente fácil reconocer cuánto me "pone" esa situación,  aunque he de decir que pocos hombres en realidad saben mandar de verdad y, claro,  así el morbo no es tan grande.

Aun así tengo la suerte de disfrutar de vez en cuando de mi "querido profesor" con quien bailar no sólo es un placer si no también una fuente de pasión intensa que llega a fusionarnos en una sóla persona.

Me fascina cómo transmitimos juntos cuando bailamos,  cómo llegan a emocionase los que nos rodean y diría que hasta a excitarse más de uno y  más de una ...  cuando el y yo casi nos besamos pero nunca llegamos a hacerlo.

viernes, 6 de enero de 2012

Una mañana inolvidable

El tren avanzaba rápidamente mientras yo me alejaba de una vida familiar y segura; y me acercaba a una experiencia diferente, novedosa, íntima y entrañable a la vez que morbosa y excitante.

Estaba nerviosa y algo preocupaba porque todo saliera bien, había hecho verdaderos malabarismos para conseguir montarme en ese tren y llegar a mi destino, donde un amigo muy especial para mi me esperaba al otro lado de la estación.

Confiada y entregada al momento, me dispuse a vivirlo y disfrutarlo sin darle vueltas a nada mas, siendo yo misma y compartiendo un tiempo de calidad con alguien importante y valioso para mi.

Asi que allí estaba él, esperándome en la estación para llevarme hasta su hogar, el sitio desde donde tantas veces me había escrito y llamado por teléfono.

Me gustó llegar, ver su casa, los lugares de los que me había hablado, asomarme al balcón y deleitarme con el espléndido sol y el mar al fondo, recorrer cada rincón de su espacio y sentarnos como dos buenos y viejos amigos a tomar un café juntos y conversar un poco sobre nosotros.

De vez en cuando, se nos "escapaba" algún roce ligero entre nuestras piernas o entre nuestros brazos, en alguna que otra ocasión, hasta me dio un ligero pellizco en mis nalgas ...

Me encantaba sentir la excitacón con sólo notar sus dedos tocando ligeramente mi cuerpo... me iba poniendo cada vez más húmeda y animada ...

Seguimos hablando y empecé a observar que quizás él parecía estar más nervioso que yo, y me resultó hasta extraño pues ya nos habíamos besado anteriormente, ya habíamos estado juntos en cierta forma; sin embargo, lo notaba tímido y algo cortado  .Quizás porque era la primera vez que íbamos a hacer el amor.

Asi que tuve que lanzarme yo a darle el primer beso de la mañana, comencé a besarle el cuello, chuparle ligeramente las orejas y la situación se calentó rápidamente.

Jugamos al ratón y al gato durante un tiempo, recorrimos, yo diría que todas las habitaciones de la casa, entre besos y achuchones hasta llegar al dormitorio.

Me gustaba acostarme en su cama, anhelaba dejar mi olor, mi esencia para cuando se acostara en la noche, pudiera recordarme.
Queria que guardara esa imagen, yo desnuda completamente y tumbada en su lecho.

Comenzó a darme un masaje cada vez mas sugerente y excitante, sus manos fuertes y grandes apretaban mi cuerpo con decision.
Ahora la timidéz habia dado lugar a la valentía del macho que sabe lo que la hembra necesita y está dispuesto a hacerla gozar plenamente.

Entre besos, chupetones y caricias recorrió cada parte de mi cuerpo mientras yo sentía cómo mi volcán estaba en plena erucción y a punto de estallar.

Experimentar el primer orgasmo fue grandioso y hasta natural, lo que dio paso a un tremendo deseo de sentirlo dentro de mi, sentirme poseida, penetrada, suya y parte de él, mio y dentro de mi.

Su valentía tembló ligeramente, su emoción le embriagaba , su deseo de satisfacerme le hacía dudar de él mismo y afloró mi parte más dulce y juguetona para hacer que se relajara, disfrutara y no pensara en nada más.

Recuerda esta instantánea,  le decía yo.

Subida encima de él, mirándole con mis ojos verdes de gata, con alegre y pícara sonrisa, ahí estaba yo jugando, hablando y consiguiendo montarlo de nuevo para sentirlo otra vez dentro de mi.

Jugamos ... me encanta jugar.

Sentimos y gozamos de cada movimiento, cada beso, cada abrazo, cada mirada ...

y allí estaba yo, montada sobre el, balanceando mis caderas, sacudiendo mis pechos, mirándolo fijamente a los ojos, chupandole su lengua, mordiendo y besando sus labios y consiguiendo que llegara al extasis orgásmico, que gritara de placer incontenible y que se emocionara de sobre manera.

Aun encima y sintiéndolo dentro,  comencé a acariciar mi clítoris,  continué balanceando mis caderas y sitniendo cada vez más y más excitación.
El placer era intenso y recorría todo mi monte de venus y entrada hasta las paredes de mi vagina que se estiraban y contraían contínuamente.
Sentirlo dentro y acariciar mi caracol que estaba duro y al sol hizo que consiguiera de nuevo experimentar un gozo tremendo.
Saltaba encima de él,  zarandeaba mis caderas,  mis senos se agitaban con fuerza y yo gritaba como si estuviera sola en mitad del desierto.

Después de la tempestad .., viene la calma.

Reposé junto a él, volvimos a conversar juntos, desnudos, acariciando nuestros cuerpos, presas de la intimidad y el cariño que nos embargaba hasta que nuestros  instintos animales de supervivencia comenzarón a apremiar. 

Tengo hambre, le dije.  
Si,  la verdad es que yo también,  dijo él.

Asi que nos fuimos al baño, disfrutamos de ducharnos el uno al otro, como niños pequeños nos enjabonamos, nos aclaramos con agua calentita, nos secamos juntos y jugamos como adolescentes escondidos en el baño.

Despues de tanta pasíon, tocaba una deliciosa comida que él mismo preparó con deleite y esmero.

Me sentí como una reina, el se portó con un rey.

Me acompañó hasta la estación y con un beso prudente y discreto nos despedimos hasta nuestro próximo encuentro.

jueves, 5 de enero de 2012

Esta soy yo

Cuantos pensamientos olvidados,
cuantos sentimientos vividos,
es maravilloso morir al pasado en cada instante
pero tambien lo es poder recordar momentos de mi vida.
Esta soy yo,
sin imagen,
sin nombre real,
sin etiquetas de ningun tipo,
sin complejos ni represiones,
sin tabúes que me limiten
y aqui me apetece compartir y recoger instantes de mi vida.

Gracias por estar al otro lado,  por tu atención y, sobre todo, por EXISTIR.